6 de octubre de 2011

Las indemnizaciones millonarias de Novacaixagalicia

Pues sí, la noticia no es de hoy, pero qué lo mismo va a dar. Siempre está bien hablar de este tipo de cosillas, que la gente las oiga y que las tenga en cuenta a la hora de valorar lo jodida que está la cosa y quiénes tienen la culpa...

Novacaixagalicia ha pagado en indemnizaciones a sus altos directivos unos 23.5 millones de euros antes de ser nacionalizada. Con dos cojones. La noticia, aquí.

Por dónde empezar...

Lo primero entremos en antecedentes históricos. Se ve que es práctica habitual que los directivos de las entidades bancarias, financieras o como hostias fritas las quieran llamar (usura legal, es decir) se asignen indemnizaciones brutales en caso de que la entidad / grupo / chiringuito fiscal que dirigen se vaya a tomar por saco. La cosa es sencilla: si me despiden, me van a tener que pagar una millonada. O si esto quiebra, también me pagan una millonada. Vamos, que estos entes se fijan unas cláusulas en los contratos que poco tienen que ver con la realidad diaria del paisano... porque pueden. ¿Quién está ahí para impedirselo? ¿Tal vez la propia entidad financiera, que quiere evitar esos embolaos? No padre, a la junta directiva de una entidad finaciera eso no le molesta, porque son ELLOS los que van a recibir la pasta, no a darla.

El antecedente más famoso es el de un tal Richard Fuld, que así de repente no se sabe quién es.


Este elemento era el jefazo de Lehman Brothers cuando pegó el petazo allá por septiembre de 2008. No le llamaban "el gorila" por su enorme fuerza física o su afición a darse puñetazos en el pecho, no... era por su carácter irascible y el nulo respeto que tenía hacia los demás. Era uno de esos "triunfadores natos", de esos que van por la vida pisando cabezas y todo tiene que ser como ellos quieren y cuando ellos quieren. Vamos, un encanto de persona. Abreviando, Lehman se hudió por la "pésima" gestión de este señor, que expuso muchísimo el banco a las hipotecas basura y además se endeudó a lo bestia para financiar absurdos proyectos que incluían dar más hipotecas basura. De todas formas parece que la gestión no fue tan pésima, porque le sirvió a Mr. Fuld para meterse a la buchaca casi 500 millones de dólares ($500.000.000, que quede claro lo de los billones y tal) sólo como indemnización, aparte de sus salarios y demás. Eso sin contar que tres días antes de irse a cagar, los directivos de Lehman Brothers se asignaron 100 millones de dólares en dividendos a repartir entre tan selecto grupejo. Recordemos, 3 días antes de que se declarasen en bancarrota...

Bonito antecedente, y parece que nuestros ejecutivos patrios han aprendido de las hijoputadas foráneas. Eso sí, la tajada que se ha sacado José Luis Pego (para que pongamos nombre al interfecto) es calderilla comparado con lo del tío Richard (Dick para los amiguetes): 8 milloncetes de euros contra 500 de árdoles es chatarra, así que se lo disculparemos, ¿no? En total para los directivos han sido alrededor de 23 millones y medio, todo ello justo antes de que Novacaixagalicia (joder con el nombrecito) fuera intervenida por el estado.

¿Y qué es eso de que una caja sea intervenida por el estado? Pues básicamente quiere decir que su situación es tan penosa que el estado se hace cargo de sus apabullantes deudas conseguidas con un gran esfuerzo de hacer el hijoputa. En qué consisten estas maniobras ya lo explicaré más adelante... La cosa es que si el estado se hace cargo de las deudas de una caja, todas esas deudas de una empresa privada pasan a ser deuda pública. Y todo esto porque estamos en un sistema en el que el dinero público garantiza que un banco siga funcionando aunque haga todo lo posible por hundirse. Traducido: se va a pagar con dinero salido de los impuestos las cagadas de unos directivos que se embolsan hasta el 90% de los beneficios de una entidad en dividendos. Es el caso de Caja Rural de Castellón, pero de eso ya hablaré otro rato. La cosa es que todos vamos a pagar la avaricia de unos pocos.

Por si eso no fuera suficiente, a modo de insulto final se aprietan una última paga extra para irse contentos a casa, y acuenta del estado, claro. Porque la caja en cuestión no tiene para pagar las indemnizaciones, así que se convierten en deuda. ¿Y quién se hace cargo de la deuda? Pues Papá Estado, claro, qué para eso está. Y que no regule nada sobre trapicheos financieros, que para eso estamos en un país libre y el capitalismo da igualdad de oportunidades. ¿A que es guay?

Luego viene Elena Salgado y dice que eso le parece mal, pero después añade que aunque eso le parezca mal habría que comprobar si es legal. Vamos, que si es legal no podemos protestar. Todos a callar que estamos más guapos, incluidos LOS MINISTROS, que se supone que están para algo. También es interesante la reacción de Mar Barcón, consejera de Novacaixa, que ha dimitido porque esto le parece "indecente". Ole los huevos de esta señora, al menos alguien ha hecho lo que tenía que hacer. Desde aquí la felicito por su gesto, y esto ya sin coñas, lo digo en serio.

Puede parecer que las gilipolleces que digo las suelto al tuntún, pero todo tiene su fondo serio. La cosa es que no viene mal tomarse la realidad con un poco de gracia, y si a alguien le ofende que suelte tantos tacos, creo que está en el sitio equivocado.

Después de este ataque de... lo que sea, hay otro frente abierto que, si bien parece que no importa un cagao, a mi entender debería tenerse siempre en cuenta: lo que está bien y lo que está mal. Sí, suena ingenuo de cojones, como eso de pedir la paz mundial y que todo sea suave, blandito y en tonos pastel. Pero qué cojones, por muy legal que sea adjudicarse una millonada por tu cara bonita a cuenta del estado, eso no está bien, qué coño. A la ley esto le da igual, pero a mi no. Y parece que a la señora Barcón tampoco. Y me alegra ver que, por pocos que seamos, hay gente a la que le parecen mal ciertas hijoputadas. Y nada me gustaría más que ver cómo cada vez a más gente le parece que estos abusos hay que cortarlos de raiz no sólo desde el punto de vista utilitarista (pensando en el beneficio general), sino desde la ética.

Y no me iré sin desearles a los banqueros que cobran tan jugosas indemnizaciones que ojalá se les atraganten, se les atasque todo el puto dinero en el gaznate, se ahoguen con él, lo tengan que escupir y por su propia avaricia se lo metan otra vez al buche, para volver a añurgarse y así repetir el proceso hasta que revienten. Copón.

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